Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com
El aumento en el precio de la gasolina ha afectado todos los sectores de la economía. Sin embargo, se ha querido dar la impresión de que es un asunto que está fuera del control de los países. Nada más lejos de la verdad.
Mientras las reglas básicas de oferta y demanda funcionan a duras penas, también opera otra regla invisible, pero que es más poderosa y funesta. Esa regla es la especulación. Cada vez que se produce un producto, sea comida, un auto o gasolina, el precio se afecta por el impacto de las transacciones secretas y no reguladas de los mercados de futuros. Los especuladores en estos mercados están comprando y vendiendo la materia prima y los productos como el aceite y el petróleo sin usarlo o distribuirlo en el mercado. Cada compra y venta de estos productos genera una ganancia en una larga cadena de especuladores que van pasando de mano en mano el producto y ganando dinero en cada venta. Esto aumenta de manera irrazonable los precios de los productos.
En estas transacciones de futuros una compra de petróleo puede pasar por veinte manos antes de que se entregue a un consumidor en una bomba de gasolina. Se estima que el volumen de petróleo que pasa por los especuladores en transacciones de papeles es veintidós veces mayor que el volumen de petróleo que se consume. Las transacciones de los especuladores aumentan el precio del petróleo de $30 a $60 por barril. Si se regularan esas transacciones el precio del petróleo podría estar entre $60 y $90 dólares. Estos especuladores amasan billones de dólares en transacciones que no benefician el mercado ni a los consumidores.
La especulación ha creado un desbalance extraordinario en los mercados que afecta las reglas básicas de la oferta y la demanda. Como resultado de esto, los clientes legítimos que utilizan los productos tienen que comprarlo a precios exorbitantes. Estos precios exorbitantes del petróleo afectan todas las ramas de la industria, y agudizan la crisis económica.
En los pasados veinte años los mercados de futuros han dejado de ser reglamentados como debiera. Actualmente el 90% de las transacciones de futuros ocurren fuera de los mercados tradicionales, de manera secreta y sin que nadie los reglamente. Esto significa que los especuladores pueden manipular a su antojo los precios del petróleo y de cualquier otro producto.
Para que este problema se pueda resolver es necesario la acción del Congreso federal. Es indispensable que se tome conocimiento de esta información y que las empresas y los gobiernos cabildeen para que se reglamente el mercado de futuros que solamente está beneficiando a una pequeña clase global apoyada por el gobierno del Presidente Bush.
El gobierno de Puerto Rico debe unirse a la coalición que se está organizando con el propósito de impedir la especulación de los productos. Como ejemplo de esto, los presidentes de las principales líneas aéreas han escrito una carta pública exhortando a reglamentar la especulación. El alza del petróleo no es un efecto de la escasez de esta materia prima, es un efecto de la especulación no reglamentada. Todos debemos unirnos para luchar contra esta atropello económico.
El autor es abogado notario, socio del bufete Cancio, Nadal, Rivera & Díaz a cargo de la oficina del Bufete Emmanuelli en Ponce, pasado presidente de la Cámara de Comercio del Sur de Puerto Rico y anfitrión del programa Debido Proceso de Ley, que se transmite todos los sábados a las 11:00 de la mañana por WPAB 550. Para mayor información vea www.debidoproceso.com.
Una publicación de Rolando Emmanuelli-Jiménez, J.D., LL.M., sobre los asuntos públicos que tienen impacto jurídico y socioeconómico. Rolando Emmanuelli Jiménez es abogado y notario, Presidente de Bufete Emmanuelli, C.S.P.
Suscríbase al Boletín Del Derecho y del Revés del Bufete Emmanuelli, C.S.P.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario